Esta semana nos hemos adentrado dentro del curso de e-learning y cultura digital dentro de coursera.org, el tema de este primer bloque es sobre la utopía y la distopía, para lo cual he querido hace una análisis sobre la regulación y la auto-regulación de internet.
Desde la primavera Arabe, la regulación de internet ha sido un tema de gran controversia, ya que mientras todos los países coinciden en que se debe disminuir la brecha digital, como un medio para lograr una mayor igualdad en la sociedad, muchos países han establecido reglas para tratar de controlar y supervisar el acceso a la información en Internet, como ejemplos, podemos nombrar los famosos filtros de contenidos en China e India, así como los acuerdos sobre el ACTA.
Los orígenes de internet en si mismo son una utopia, un medio de comunicación destinado a compartir conocimientos, que surge sin un eje central o un gobierno que lo norme y controle, pero, no es en si, el mismo origen que han tenido todos los medios de comunicación, el cine, la radio y la televisión nacieron sin un eje regulador, sin una jurisprudencia y todos ellos tuvieron que pasar por periodos de oscurantismo, solo basta ver por ejemplo la censura que impusieron muchos organismos en Estados Unidos al cine durante la década de los 60, el control que muchos gobiernos latinoamericanos ejercieron sobre la prensa, la radio y la televisión, hasta llegar a los gobiernos democráticos y de libre expresión que tenemos hoy en día.
Pero ¿Qué hace diferente a Internet?, la repuesta es muy simple, Internet somos todos, estamos acostumbrados a ver esta red como un conjunto de software y hardware, pero, esta posee un componente humano que es mucho mayor que el de los otros medios, se nutre de la información y contenido de los billones de personas que publicamos, comentamos y compartimos cada día.
Como vemos, en su interior, las tecnologías de la información que se aplican en Internet son en si mismas democráticas, ya que permiten la participación de todos y en esta participación surge un componente muy importante, la autorregulación.
Debido a que los blogs son una de las mayores formas de participación en Internet, que existen hoy en día, ademas de las redes sociales, veamos las regulaciones que poseen un blog:
- Los comentarios no deben incluir groserías
- Los posts deben ser originales
- Si se toma como fuente de información otro blog, se debe dar crédito al otro blog,
- Se debe indicar cuando se hace un cita textual de otro blog.
¿Quién estableció esto?, no hubo un organismo regulador que creara estas normas, surgieron la misma interacción de los blogs, con los comentarios en donde la gente ponía en evidencia a los que solo copiaban la información de otros, de la forma como la gente que participaba en los blogs ignoraba y a veces agredía verbalmente al ahora conocido troll.
Estas reglas se diseminaron a todos los blogs sin que ningún organismo regulador se encargara de establecerlas o de comunicarlas a todos los blogs, como podemos ver Internet en si misma es una Utopía de la autorregulación.
Internet como todo tecnología creada por el hombre, carece de un sentido ético, la ética esta en las manos y las mentes de quienes la utilizan, Internet no es bueno, ni es malo, es solo una herramienta, que lo mismo puede ser un espacio de creación como un espacio para la ilegalidad, como es el caso de las estafas por internet o las redes de pederastas.
Como podemos ver, estas acciones ilegales escapan de las capacidades de autorregulación de Internet y requieren de la intervención de organismos reguladores que creen medios para ubicar y castigar a los autores de estos delitos.
En estos casos vemos que las acciones en el mundo virtual tienen repercusiones en el mundo real, lo cual nos convierte en entes que existen e interactuan en ambos mundos, las acciones del mundo real se extienden y duplican en el mundo virtual, pero tienen repercusiones en el mundo real.
El sexting por ejemplo, es un hecho que comienza en el mundo real, ocurre en el mundo virtual y tiene consecuencias indeseables en el mundo real, como podemos ver aunque la autorregulación de Internet es un hecho natural y completamente democrático, no alcanza para crear un sociedad virtual utopica y la misma Internet posee un componente distopico que necesita de entidades que creen y regulen dichas acciones.
¿Qué acciones deben ser reguladas?, ¿Qué acciones deben caer en la autorregulación?, estas son preguntas difíciles de contestar, sobre todo si nos vamos a los temas de derecho de autor, propiedad intelectual y el compartir contenidos culturales, en este punto, creo que estamos en el medio de una batalla entre los intereses comerciales, los intereses culturales y las exigencias de nuevas formas de acceso a los contenidos.